Y dejo que caiga, mi corazón,
y según cayó, tú apareciste para reclamarlo,
está muy oscuro, y yo estaba acabada,
hasta que existe mis labios y me salvaste,
mis manos, eran fuertes, pero mis rodillas eran demasiado débiles
como para sostenerme en tus brazos sin tener a tus pies.
Pero hay una parte de ti que nunca conocí, nunca conocí,
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